Las decepciones siempre van a estar ahí

En la vida vas a sufrir siempre decepciones, muchas de ellas pasajeras, otras pueden quedarse contigo de por vida, pero siempre va a depender de vos como tomarlas.
Los fracasos en nuestro camino están para hacernos aprender lo que no esta bien y de cómo realmente tendríamos que accionar en determinadas situaciones, si le ponemos un poquito de atención a los sucesos en toda la cotidianidad de nuestra vida, nos daríamos cuenta de cuales son los errores que cometemos siempre y no nos percatamos por el simple hecho de no ponerle la debida atención. Para salir adelante es necesario no cometer las mismas faltas que cometemos en nuestro desarrollo diario, y percibir cuál es la manera correcta de accionar en situaciones específicas o rutinarias.
No debes pretender ser perfecto, pero si realizar las cosas más minuciosamente, y con un poco más de cuidado tratando de prevenir cualquier posible inconveniente o altercado, esto no quiere decir que no vayas a equivocarte, ya que las equivocaciones son parte natural del ser humano, y están ahí para ayudarnos a aprender una vez más.

Así mismo las decepciones pueden estar o aparecer en cualquier momento, estés haciendo bien o mal las cosas, y muchas veces no te vas a explicar el porqué de las mismas, pero sin previo aviso aparecen, se te presentan, y alteran todo tu entorno y equilibrio, ya que al decepcionarte no te explicas qué hiciste mal, o porqué los hechos se dieron de esa forma, solo ves afectado tu orgullo, a veces tu confianza, y no sabes como accionar realmente ante tales experiencias. La vida, se trata de eso, aprender caminando, aprender cometiendo errores, de las enseñanzas que te dejan los mismos, en el natural desarrollo de las cosas, todos vinimos a este mundo a aprender, adquirir conocimientos, poder cimentar la sabiduría, para así poder auto realizarnos como personas, con un verdadero fin y propósito.
El esfuerzo y la perseverancia que le pongas cada día a todo lo que haces, va a mostrarte frutos, como también te va a dar decepciones, pero no para que te rindas ni digas basta, sino para hacerte más fuerte y más firme en todo lo que decidas, y sigas caminando cada vez con más sabiduría por esta gran escuela de la vida.
Si no fuese por las decepciones no habría dolor, no habría tristeza, no habría quizás rencor, pero tampoco habría reflexión, confortación, comprensión de lo real, más que "mala suerte" o consecuencia de ciertos actos o acontecimientos, la decepción esta ahí para ayudarnos a entender y comprender que nadie es perfecto, que la perfección solo la tiene Dios, y que así como nos equivocamos y fallamos, tenemos que estar listos para perdonar, trascender como personas y estar en paz con uno mismo.